domingo, 4 de julio de 2010

Lo mejor y lo peor de cada cadena de cafeterías

domingo, 4 de julio de 2010

  • Qué locales conviene elegir para hacer un break y tomar un rico café.

  • Y qué lugares es mejor evitar.


No hay nada más lindo que sentarse a tomar un café en la vereda de un bar antiguo y leer un libro, tranquilo, con el sol tibio acariciándonos la cara. Que el mozo nos conozca y ya sepa que el café nos gusta liviano, que nos ofrezcan el diario del día y que nos dejen entrar con el perro cuando vamos a pagar.

Pero bueno, a veces no se puede. A veces estamos en una avenida horrible, o en un shopping lleno de dicroicas y familias que se pelean, y tenemos quince minutos entre trámite y trámite para sentarnos a tomar algo, almorzar, y hacer un par de llamados de rutina.

Por suerte, ahí también hay cafeterías. Algunas son buenas, otras regulares o malas, y unas cuantas, malísimas. Planeta JOY te ofrece la guía indispensable para saber en dónde tomar un café decente, comer algo rico, o leer el diario cuando estás lejos de tu café preferido y no hay más que cadenas y franquicias de donde elegir.

AROMA CAFEAroma Café es un milagro, un verdadero milagro. Porque si bien el café es malo, la pastelería no es casera sino pre-congelada (General Mills, Delicity), la ambientación y los muebles son iguales a los de la estación de servicio YPF de los años 90, los sándwiches son envasados, la atención es una de las peores del mundo (es como un fast food, sólo que las cajeras en vez de sonreír se pelean entre ellas) y los precios son un escándalo, todavía sigue abierto y funcionando. ¿La razón? Buena ubicación de los locales (en gimnasios, esquinas súper concurridas y tramos de avenidas en los que no hay nada más) y una gráfica impactante en las vidrieras. No se dejen engañar por las gigantografías de frapuccinos y los sándwiches photoshopeados, que nada tienen que ver a los que venden adentro, en el mostrador. Es muy útil para pedir usar el baño o para pedir un vaso de agua, pero nada más.

MC CAFEMiren lo que voy a decir: ni la pastelería, especialmente las tortas, ni el café es tan malo como uno puede suponer desde afuera. De hecho, las tortas son bastante buenas y el proveedor de facturas es General Mills (¡Delicity disfrazado, de nuevo!), lo que para una cadena de fast food, es un plus. El problema es la atención (las mesas están siempre sucias, muchas veces te las tenés que limpiar vos mismo), la cantidad de gente que entra y sale, lo incómodo del mobiliario (empezaron con réplicas de sillones de Philip Starck en madera de caoba curvada y terminaron con sillas de caño más ruines que las que venden en Flores, sobre Avenida Rivadavia), y la proximidad del mostrador de hamburguesas lleno de adolescentes con granos. Pero hay que decir la verdad: es una buena opción si vas con chicos que pueden irse a los juegos o quieren comprarse unas papas fritas mientras lees el diario tranquilo. Y además tienen WIFI, que casi siempre anda. Nada mal.

BONAFIDEEs injusto juzgar a Bonafide como una cafetería cuando en realidad es una tienda o un despacho de café y golosinas que tiene algunas mesas casi siempre olvidadas y mal atendidas. Aunque no es de mis preferidos, no se puede decir que el café sea malo (para mí es demasiado suave y el que no lo es, es ácido y tiene azúcar), pero tampoco hay mucho más que agregar. El resto de las cosas —las pocas que hay— son regulares y como entra y sale gente durante todo el día a comprar caramelos y a moler café es bastante ruidoso y concurrido. Sin embargo, Bonafide tiene un público PAMI cautivo muy fiel a sus golosinas y a sus caramelos, que lo sigue eligiendo con todos sus aciertos y errores. ¿Lo mejor? Sus caramelos duros de naranja y de huevo cubiertos en chocolate amargo. El café, yo lo tomaría en otros lados. Pero veremos qué digo cuando cumpla 70 años.

CAFE MARTINEZLa pastelería es aceptable, el café es bueno, y tiene productos de chocolate muy ricos para acompañarlo. Es la mejor opción para un shopping en el que sólo hay un patio de comidas. Quizás lo peor sea la atención (no sé si le pagan poco a las mozas y por eso son tan poco eficientes y desinteresadas, pero me han atendido consistentemente mal en las dos sucursales de Caballito, el centro, Tigre y Belgrano), el wifi (tienen un sistema espantoso que atrasa diez años por el que hay que pedir una tarjeta con la consumición y cuando es libre, hay que loguearse en la página de vex.com) y la comida. Se puede almorzar (hay sándwiches, ensaladas y tartas) pero todo es muy malo y no está cortado ni hecho en el momento, aunque lo nieguen. ¿Conclusión? Sí: para un café en el shopping, porque siempre están en el lugar correcto. No: para almorzar ni para trabajar. Probablemente Internet no funcione y las mozas hayan puesto Luis Miguel al palo y no quieran bajar el volumen.

THE COFFEE STOREThe Coffee Store tiene un plus que no tiene nadie, tiene café saborizado. Y en ese “nadie” no incluyo a Starbucks, porque lo de Starbucks es otra cosa (son drinks de café parecidos a un milk shake más que a la bebida tradicional). Los locales son correctos y las tortas y la patisserie son relativamente buenas, incluyendo cookies y algunos cuadrados de torta que no están mal. Como casi todas las demás cadenas, hace agua en las comidas y los sándwiches, aunque tiene una novedad: un menú de dieta hecho por el doctor Ravenna que, aunque no me crean, pide mucha gente. Conclusión: un buen lugar para tomar el mismo café de siempre con un twist y comerse el cantucci que viene al lado de la tacita. Les recomendamos sentarse, leer el diario y comprarse un cuarto de café Swiss Almond Chocolate o Almond Amaretto recién molido para servir con un postre después de comer o hacerse un frapuccino cuando llegue el verano.

STARBUCKSStarbucks es acerca del producto. Si vas a buscar un lugar para pasear, o para tomar algo tranquilo leyendo, olvidate. Starbucks es para comprar, e irte a dar una vuelta por el shopping con el café en la mano o para entrar corriendo, comer en diez minutos y seguir trabajando. No se compara con otras cafeterías porque acá el producto es completamente diferente. Cafés de medio litro con crema, esencias, espumas, cremas, helados, syrups lo convierten más en una golosina líquida que en la austera bebida que conocimos hasta el momento. Hay caramel macciatos, vanilla lattes y mochas en sus versiones calientes, y frapuccinos con o sin crema en diferentes sabores standard pero que también se pueden customizar a gusto del cliente. Ideal para golosos que extrañan el $1 a $1 y para curiosos en general. La pastelería y los sándwiches son muy ricos (tienen unos muffins gigantes de arándanos muy buenos), por lo que está bien para almorzar o tomar el té.

HAVANNAA pesar de que es una cadena y terceriza el café con Cabrales, vamos a defender Havanna a capa y espada, porque hace la mayoría de las cosas bien. Quien eligió o diseño la estrategia que transformó el despacho de alfajores en Mar del Plata hasta cadena de cafeterías a Havanna es alguien que además de tener buen gusto, es inteligente. Los locales son lindos, tienen un olor increíble, la atención es esmerada y el café, que es muy muy rico (Cabrales les hace un blend especial para ellos), llega a un grado de perfección celestial con las dos galletitas crocantes de naranja cubiertas en chocolate amargo que traen para acompañar. Un capítulo aparte merece la presentación: la taza viene con servilletas arriba de una bandejita individual, muy piola y diferente. La comida de Havanna no es muy buena, pero se equilibra con alfajores, tortas y esas galletitas de limón cubiertas con chocolate que nadie ha logrado superar hasta el momento. Por último, el clima: como hay muchos locales pequeños con tres o cuatro mesas y como despachan alfajores por la vidriera (un gran acierto) son mucho más tranquilos que el resto. Un sí rotundo.

ESTABLECIMIENTO GENERAL DE CAFE Aunque tiene pocas sucursales en la ciudad, Establecimiento General de Café no parece una cadena sino un corner de café gourmet. Tienen más de veinte variedades de café recién molido de Brasil, Colombia, Kenia, India, Arabia Saudita, Yemen, Puerto Rico, Indonesia, India, además de vender tazas, cafeteras de todo tipo, molinillos y batidores de leche. Es la perfecta antítesis de Starbucks porque su objetivo es exactamente el opuesto: vender un producto noble para puristas que busquen que el café sea la vedette. Ideal para sibaritas que además de un rico café pretendan un ambiente relajado, buena atención y comer algo rápido. Sus sándwiches son mejores que esos espantos envasados marca Grandwich que sirve la mayoría de la competencia. El “De la huerta” por ejemplo, tiene queso blanco, choclo, champignones salteados, cebollas asadas, berenjenas, espinaca y queso gratinado. Todo un logro para una franquicia. ¿La parte mala? Por ahora tienen sólo cinco locales y ninguno está en un shopping o una avenida típica para ir de compras o hacer trámites, pero piensan expandirse.

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