Una mujer puede convertirse en sapo si es capaz de vender el alma a cambio de un sueño, entonces decide ganárselo, peso por peso, el tiempo que haga falta. Leah Chase es esa mujer, y sin embargo también ha inspirado a la heroína de la nueva versión que hicieron los estudios Disney –y que además marcó el retorno de la animación a mano en la productora– del cuento La princesa y el sapo, que el 25 de marzo llega en versión DVD al mercado nacional. Leah tiene 87 años, vive en Nueva Orleans, de Argentina puede decir que conoce a Evita, y que la ama. En su ciudad le dicen la Reina del Creole, aunque ella diga que lo único que hace es trabajar.
Una cultura persistente en un entorno que no le fue amigable. Después del Katrina, un escenario aún más desafiante. Leah cuenta que fue lo más triste que vio en su vida, pero que el desastre habilitó un milagro de solidaridad que sigue agradeciendo. Su restaurante, el Dooky Chase, una leyenda de la ciudad y que atiende personalmente todos los días, quedó sumergido en inundación. Gente de todo el país fue a socorrerla y le llegaron donaciones de personas de todo el mundo para que sacara a flote el negocio. El Dooky Chase, bajo una apariencia distinta, es también el emblema que palpita en el centro del filme animado, como esa clase de sueños que parecen imposibles pero que a fuerza de deseo y trabajo se vuelven posibles en el planeta Disney.
Leah dice que ama sus ollas y sartenes. Atiende el teléfono y tiene la voz cascada, se extiende en las vocales como si leyera un cuento para chicos y es probable que prepare sopas inolvidables. “Se supone que uno tiene que seguir soñando” dirá durante la charla, poco antes de asegurar que la magia existe.
“La vida se trata de magia. Si uno vive, y si llegas a vivir 87 años como yo, eso es mágico, porque mucha gente no vive tanto tiempo. Entonces para mí eso es mágico. Si uno sigue adelante, y vive cada día y trata de ayudar a alguien, eso te hace feliz. Yo disfruto vivir”.
En la película, creada por los mismos realizadores de Aladdin y La Sirenita, alguna parte de Leah le dio forma de Tiana, una camarera que termina convertida en rana luego de darle un beso a un príncipe encantado. El equipo de Disney buscó a la cocinera más famosa de Nueva Orleans y miró su vida de cerca, hablaron por horas, y el encanto fue mutuo. “Cuando llegaron los alimenté, que es lo primero que se hace aquí con la gente que viene de visita. Así que les di mi sopa de pollo y camarones, y recién entonces hablamos. No tenía idea de lo 2 que querían hacer con lo que les contaba, pero lo que salió es maravilloso y es gente extraordinaria, gente que escribe y desparrama por ahí las historias sobre otras personas. Fue hermoso”.
–¿Cómo se sintió cuando vio la película?–Se sintió muy bien, porque nunca, ni en mis sueños más salvajes, me imaginé que podría inspirar a nadie. Yo solamente trabajo, y ver que uno puede inspirar a alguien para hacer algo bueno, algo bello, es lo que completa el trabajo de uno. Me pasa también en mi cocina, cuando puedo ayudar a alguien, eso me hace seguir.
–Y además en la película es una princesa–Nunca me convertí en una princesa. En Nueva Orleans me llaman la Reina del Creole, pero tampoco sé si soy una reina, de todas maneras es divertido, te hace sentir bien y continuar.
–¿Se definiría como una soñadora?
–Una gran soñadora, he aprendido que si uno deja de soñar, deja de vivir. Hay que soñar con lo que uno puede hacer al día siguiente, a quién podés ayudar, entonces uno avanza.
–¿Qué sueña en este momento de su vida?–Mi sueño, durante toda mi vida, y lo trato de hacer cada día en mi restaurante, es tener un muy buen restaurante. Los afroamericanos en nuestro país no conseguimos grandes cosas, todavía estamos luchando para tenerlas, aprendiendo cómo hacerlo. Entonces quiero tener uno de los mejores restaurantes del país, ese es mi sueño.
–Ahora, además, es una mujer muy famosa
–La fama es una cosa y la fortuna es otra. Pero uno tiene que hacer lo que necesite hacer para ser feliz. Si cada día puedo hacer algo por alguien, soy feliz.
–¿Qué tiene en común con Tiana, la princesa del cuento?–Que yo también comencé trabajando como mesera. Es un trabajo pequeño, en el que dependes de las propinas, tratas de hacer tu día con eso y también siempre quise tener un restaurante. Y sé que hay cosas que uno desea tanto que estaría dispuesto a vender el alma por ellas, pero yo quería ganarlas, y pude hacerlo. Me casé, y mi suegra tenía un pequeño restaurante, y no le iba muy bien, entonces nos vinimos y lo hicimos crecer. Fue una gran cosa para mí.
–¿Cuál es el ingrediente secreto de sus recetas?–No existe nada parecido a un secreto en lo que se refiere a la comida. Todo el mundo puede cocinar si lo intenta. Sólo hay que poner mucho amor en esa olla, es lo que siempre le digo a la gente. Hay que tomarse el tiempo que hace falta para cocinar y amar lo que uno está haciendo. Si haces eso, la mente da un giro y uno empieza a probar cosas. Eso es lo divertido. Es comida y la haces propia. Y con la comida uno aprende de las personas, de los lugares de donde viene. Si voy a la Argentina y como la comida de ustedes, voy a aprender a conocerte, a quererte, y me traeré algo para creolizarlo.
La princesa y el sapo
Lanzamiento: Jueves 25 de marzo. DVD y Blu-ray: El blu-ray incluye dos discos, uno en DVD con la película y el otro con contenidos complementarios sobre la realización del filme, el retorno a la animación a mano, comentario de los realizadores, presentación de la nueva princesa, música y más. El DVD incluye escenas eliminadas, juegos y actividades, música y comentarios. Precio: DVD: $ 44.90, Blu-ray: $ 149.90
Fuente: VOS/LaVoz
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