"Telephone", su nuevo video, tiene todo para escandalizar. Y, de plus, a Beyoncé. Miralo acá.
El pop, ese que gastó Britney Spears con su gesto calculadamente desafiante, el mismo que Madonna se vio en la obligación de sostener a los altísimos precios de costo de giras descomunales y réditos incalculables, acaba de ser reinventado. No es una exageración. No si hablamos de la obra que estrenó este viernes Lady Gaga bajo el título de Telephone. ¿Obra? ¿No será mucho decir para un tema y un videoclip de algo tan presuntamente vacuo como el pop? Para nada.
La lista de artistas que batieron la coctelera de sexo, lesbianismo y excentricidad con glamorosa incorrección es extensa. Pero el corto de exactos 9 minutos 32 segundos que la neo diva protagoniza con Beyonce para su nuevo single es uno de los arrestos videocliperos más impactantes (si no el más impactante) de los últimos años.
Es difícil que el director Jonas Åkerlund esté familiarizado con el trabajo de Pablo Trapero, aunque fantasear con el buen momento del cine argento sea una tentación. Pero la conexión existe porque el material está ambientado en una cárcel de chicas (en este caso ridículamente calientes), a la que Gaga ingresa tras asesinar a su novio en Paparazzi, dos videoclips antes.
La cosa es que hay besos y manoseos, y también gestos autorreferenciales: cuando las dos guardiacárceles desnudan a la protagonista, una le dice a la otra “Te dije que no tenía pene”. O sea, hay un chiste que –pixelado mediante –deja en suspenso el rumor real de que Stefani Germanotta es hermafrodita. Por supuesto, sobra moda: Gaga aparece vestida (solamente) con una cinta de Crime Scene o adornada con cadenas de gruesos eslabones, y Beyonce es una pin up girl que queda chiquita, como una principiante, al lado de desparpajo de su socia. Lo bueno es que la morena se sale del papel sexy pero correcto que se le conoce, y gana en appeal. Ah, y el movilero que aparece fugazmente no es otro que Jai Rodriguez, gurú gay de la moda nacido mediáticamente en Queer Eye for the Straight Guy.
Con todo, la alusión más clara es a Quentin Tarantino, empezando por la camioneta “Pussy Wagon” que el par utiliza para escapar de su gran fechoría. Es la misma que Uma Thurman durante su raid vengativo en Kill Bill. Además, hay feminismo en reversa, simbología religiosa, clichés fetichistas…y todo lo necesario para que la chica material piense seriamente en entregar el cetro. Y para que el épico video de Thriller se gane un competidor de fuste.
El pop, ese que gastó Britney Spears con su gesto calculadamente desafiante, el mismo que Madonna se vio en la obligación de sostener a los altísimos precios de costo de giras descomunales y réditos incalculables, acaba de ser reinventado. No es una exageración. No si hablamos de la obra que estrenó este viernes Lady Gaga bajo el título de Telephone. ¿Obra? ¿No será mucho decir para un tema y un videoclip de algo tan presuntamente vacuo como el pop? Para nada.
La lista de artistas que batieron la coctelera de sexo, lesbianismo y excentricidad con glamorosa incorrección es extensa. Pero el corto de exactos 9 minutos 32 segundos que la neo diva protagoniza con Beyonce para su nuevo single es uno de los arrestos videocliperos más impactantes (si no el más impactante) de los últimos años.
Es difícil que el director Jonas Åkerlund esté familiarizado con el trabajo de Pablo Trapero, aunque fantasear con el buen momento del cine argento sea una tentación. Pero la conexión existe porque el material está ambientado en una cárcel de chicas (en este caso ridículamente calientes), a la que Gaga ingresa tras asesinar a su novio en Paparazzi, dos videoclips antes.
La cosa es que hay besos y manoseos, y también gestos autorreferenciales: cuando las dos guardiacárceles desnudan a la protagonista, una le dice a la otra “Te dije que no tenía pene”. O sea, hay un chiste que –pixelado mediante –deja en suspenso el rumor real de que Stefani Germanotta es hermafrodita. Por supuesto, sobra moda: Gaga aparece vestida (solamente) con una cinta de Crime Scene o adornada con cadenas de gruesos eslabones, y Beyonce es una pin up girl que queda chiquita, como una principiante, al lado de desparpajo de su socia. Lo bueno es que la morena se sale del papel sexy pero correcto que se le conoce, y gana en appeal. Ah, y el movilero que aparece fugazmente no es otro que Jai Rodriguez, gurú gay de la moda nacido mediáticamente en Queer Eye for the Straight Guy.
Con todo, la alusión más clara es a Quentin Tarantino, empezando por la camioneta “Pussy Wagon” que el par utiliza para escapar de su gran fechoría. Es la misma que Uma Thurman durante su raid vengativo en Kill Bill. Además, hay feminismo en reversa, simbología religiosa, clichés fetichistas…y todo lo necesario para que la chica material piense seriamente en entregar el cetro. Y para que el épico video de Thriller se gane un competidor de fuste.
Fuente: VOS/LaVoz
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