Imagen del coctel Silver Cloud.
Crear un coctel es relajarse y escuchar música durante su preparación.
El vodka ligeramente macerado con guindilla le dará un sabor único.
Su preparación requiere tranquilidad y técnica.
Crear un cocktail es buscar emociones, relajarse, coger una
libreta de notas, organizar
ingredientes, captar
aromas, dejarse llevar y siempre con música. Haremos un quiebro a la rutina y empezaremos al revés, peinamos la vitrina al ritmo de Better way de
Ben Harper y escogemos un
vaso alto y ancho.
Removemos suavemente, con sigilo, y lo servimos sobre la tónica sin que llegue a mezclarse.
Es el momento de llenarlo de
fantasía, ¿B-52, quizás?, Rock Lobster llena de
frescura,
irreverencia, espontaneidad, de manera que serviremos abundante hielo y lo envolveremos con una
tónica bien fría.
Aparece la intensidad de las notas del bajo de
Flea y sus
Red Hot Chili Peppers conduciendo nuestra mano hacia un
vodka ligeramente macerado en
guindilla, 8 Cl. darán la intensidad necesaria, pero lo reservaremos en un vaso mezclador y poco a poco los acordes se suceden, Walk on the wild side, Girl you'll be a woman soon y añadimos una pizca de
plata comestible con la entrada de Paradise de
Madonna. Removemos suavemente, con sigilo y lo servimos sobre la tónica sin que llegue a mezclarse. Se crean celajes,
remolinos nacarados que se deslizan lentamente como en las imágenes de aquellos
pétalos de flor de cerezo del Confessions Tour de
Madonna. El cocktail está servido.
Partir del caos y acabar con un estricto orden, un proceso creativo basado en la constancia, la
inquietud y las notas que se escapan de un pentagrama.
0 comentarios:
Publicar un comentario